En las provincias más pobladas del país como Pichincha (302.742) y Guayas (282.604), el nulo también se volvió tendencia, alcanzándose votaciones impresionantes, nunca antes registradas en una elección para elegir las primeras magistraturas de este país andino, que cuenta con más 13 millones de sufragantes.
El anular el voto fue promovido por el candidato del movimiento indígena Yaku Pérez, quien denunció en la primera vuelta, fraude electoral al evidenciarse la alteración de más de 21 mil actas electorales que a la final no fueron revisadas por los integrantes del máximo organismo electoral de esa nación.
Pérez, quien en la primera vuelta obtuvo 1´798.057 de votos, su opción en segunda vuelta alcanzó sin mucha promoción 1´724.370; restándose 73 mil votos sin estar en la papeleta electoral, lo que a decir de varios analistas, el candidato del indigenismo mantiene intacto su posicionamiento en el espectro político ecuatoriano, abriéndose las puertas para que su movimiento que hoy es la tercera fuerza política nacional, consideren el nombre de Salvador Quishpe, como el asambleísta más opcionado para presidir la función legislativa ecuatoriana.
El voto nulo fue tendencia e incluso llegó a ganar en algunos cantones y jurisdicciones rurales, tal es el caso de Saraguro en la provincia de Loja en donde el nulo se situó por encima de los candidatos, lo mismo sucedió en Cañar, El Tambo y Suscal de la provincia de Cañar; Yacuambi cantón de la provincia de Zamora, y en la parroquia San Lucas del cantón Loja, entre otras jurisdicciones en donde el voto nulo fue contundente y deja como lección una propuesta antisistema.
